He estado soñando ser una mujer de rojo.
Sueño su escote, su cintura, sus largos dedos,
y la sombra de ella, de alas apacibles.
En el sueño hay un poema escrito en un idioma raro,
un perro negro que lame sus heridas,
y un gorrión sentado sobre un cuaderno.
El pájaro ha estado golpeando en un espejo;
con una voz sin sonido que dice mi nombre
para recordarme que me está esperando.
En el sueño puedo escuchar el aleteo de mi sombra,
que viene descalza a bailar sobre mi alma
con sonidos huecos de vidrios y metales.
Es mi espejo, es mi sueño y es mi sombra.
Es el recuerdo de las voces encerradas.
Es mi cuerpo, que esconde tantos laberintos
En mi sueño soy la mujer que baila sola el tango roto,
La que busca ese camino que aún no ha conocido,
para algún día, llegar a ser la que pretende.